¿Cómo ser un genio?

7.10.11


En la actualidad los genios no existen. Piensa en todas las personas que has conocido en tu vida y pregúntate si llamarías a al menos uno genio al estilo Mozart, Einstein, Shakespeare. Incluso los ganadores a la conocida “beca de los genios” de la MacArthur Foundation no son reconocidos como tales.





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Podemos mencionar a genios que ya fallecieron pero que aún siguen en nuestra mente como Wolfgang Amadeus Mozart, quien orinaba en sus pantalones cuando estaba en jardín, o al joven Picasso que comía crayones. A esas personas tranquilamente sí las podemos llamar genios. Lo que hicieron marcó el mundo.

Incluso si crees que los genios existen, hay problemas en cuanto a lo que en realidad significa ser genio. Algunos expertos dicen que ser genio es la capacidad de ser una persona grande. Otros piensan que es la capacidad de hacer cosas grandes.
Olvidemos este pequeño debate. Encontrar definiciones no nos da lo que queremos: una mejor comprensión de cómo apreciar, y posiblemente convertirte en gente creativa realmente interesante. En vez de ello continuemos con algunas historias de genios y revisemos algunos patrones de estos.

Tener una buena, u horrible, familia

Picasso, Mozart, Beethoven, Einstein y Goethe son genios muy conocidos cuyos padres estuvieron interesados en sus vidas creativas. Mozart y Beethoven tuvieron padres que fueron músicos profesionales y ellos les enseñaron desde su niñez a tocar instrumentos. ¿Puedes adivinar que hacía el padre de Picasso? Sí, él era un pintor, y pasaba horas y horas con el pequeño Pablo.

Una leyenda popular que acompaña a Einstein es que estaba obsesionado con un compás que le dio su padre. El factor más potente para su desarrollo fue Max, un amigo de la familia, quien enseñó a Einstein acerca de la ciencia y la filosofía. Entonces, desde luego, está Van Gogh. La única relación buena que tuvo fue con su hermano Theo.

Pero las familias malas también pueden hacer genios.

El padre de beethoven fue muy curel, torturaba a su hijo mientras él practicaba. A diferencia de muchos niños prodigios que pierden su don cuando están en la adolescencia, Beethoven mantuvo su pasión por la música. Leonardo da Vinci a penas conocía a su padre.

Isaac Newton vivió solo con su madre y odiaba a su padrastro. A partir de esa relación hizo su vida más independiente y de ideas nuevas.

Obsesiónate con el trabajo

Nombra un genio y te mostraré su trabajo. Vang Gogh produjo 2,000 obras de arte entre 1880 y 1890. Eso es 4 obras de arte por semana durante una década. Él incluso no empezó hasta que tenía 25 años.

Lo que produjo Da Vinci nos da una clara idea: el trabajo era el centro de su vida. Ni siquiera tuvo esposa ni hijos. Picasso era una máquina, nada menos que 12,000 obras de arte. Él dijo: “Denme un museo y lo llenaré” y efectivamente tenía razón. Shakespeare escribió más de 40 obras, más docenas de sonetos, poemas, y por supuesto, listas de mercado.

Estas son personas que sacrificaron todo por su trabajo.

La lista de genios flojos o peresozos es corta. Malcolm Gladwell, en su libro “Outiliers” afirma que la clave del éxito son 10,000 horas de práctica.

El debate sobre talente vs. esfuerzo es discutible. La historia nos dice que es necesario un esfuerzo extraordinario.

Tener problemas muy serios o emocionales

Para toda esa brillantez, la mayoría de genios no vivían en un mundo perfecto. Van Gogh, Edison, Einstein y Nietzsche (y la mayoría de filósofos modernos) eran, normalmente, miserables. Muchos nunca se casaron o se casaban muchas veces, abandonaban hijos y caían en depresión.

Newton y Tesla pasaron años aislados (porque así lo quisieron) y tuvieron suficientes desordenes de la personalidad como para matarse. Miguel Ángelo y Da Vinci renunciaron a su trabajo y huyeron de la ciudad para escapar de las deudas.

Kafka y Proust nacieron hipocondriacos, pasaron años en cama o en hospitales con muchas condiciones médicas, algunas eran psicológicas. Voltaire, Thoreau y Socrates vivieron en exilio y pobreza, y estas condiciones ayudaron al trabajo que los hacen famosos.

Emociones felices y positivas también hicieron genios. John Coltrane, C.S. Lewis y Einstein tenían profundas, y muy positivas creencias que ayudaron a su trabajo.
Pero la lección real es que todas las emociones, positivas y negativas, nos impulsan a trabajar y los genios son mejores en convertir estas emociones en un trabajo extraordanario; no como lo harían la gente normal.

No luches solo por la fama en vida

Mucha gente, que hoy conocemos como genios, recibieron muy poca fama mientras vivieron comparada con la que fue después de su muerte. Kafka y Van gogh murieron jóvenes, pobres y con muy poca fama.

Desear fama en el presente puede estropear tu talento. Esto explica por qué muchas estrellas tienen un trabajo excelente, pero no tienen la misma brillantez luego que mueren. Ellos perdieron sus propias opiniones. Tal vez es mejor ignorar las opiniones, excepto de las que confías, y es mejor concentrarse en los problemas que quisieras resolver.

Concentrarse en el aprendizaje y la creatividad parece inteligente. Deja al mundo, luego que te vayas, decidir si fuiste un genio o no. Mientras seas libre de crear, de una manera que satisfaga tus pasiones, estarás siendo mejor que la mayoría. Incluyendo a las personas que llamamos genios.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

los genios son necesarios para el avance de la humanidad...pero creo que su vida es algo complicada y enredada -.- ( para la mayoria de ellos)

Anónimo dijo...

pues yo digo, que si muchos de ellos eran solitarios y extraviados,por qué no tendian a ser perezosos y no querer hacer nada, pues amo demasiado estudiar, no tengo amigos ni me gusta salir a la calle sólo a ver gente, me gusta producir pero aún así soy casi un bruto, ellos tenian un gran iq, nacieron con ello acaso?

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