Cómo crear una ficha completa de tus personajes

21.10.11

Yolanda González Mesa

Si hay algo que me da pánico como escritora, es crear personajes planos y/o estereotipados. No es que piense que la trama no es importante, o que sea secundaria frente a la construcción de personajes, pero creo que un mal personaje puede matar una buena historia y viceversa.


Así que cuando imagino un personaje, me gusta perfilarlo a fondo, recopilando toda la información que se me ocurre sobre él, aunque normalmente no aparecen en la historia más del 30% de esos datos. De este modo intento aportarle más profundidad y una mayor riqueza de matices, y consigo también mantenerme fiel al personaje, ya que aunque este evolucione o cambie a lo largo de la historia (especialmente si es el protagonista), esta evolución debe venir dada por la trama y ser coherente.

Y es que a los personajes, como a las personas reales, no sólo los definen sus actos o sus palabras, sino su pasado, sus relaciones, sus anhelos, etc.

La ficha, o “biblia de los personajes” como se llama en el mundo audiovisual, que yo utilizo consta de lo siguiente:

1. Tratamiento.
Lo primero que defino es si ese personaje es protagonista o secundario, aunque esto puede variar a lo largo del proceso de escritura, si pienso que un personaje secundario es más interesante, o puede aportar más a la historia que el protagonista inicial.

2. Descripción general.
Es una descripción breve, con los datos más relevantes del personaje en relación a la historia. Ejemplo: un hidalgo de cierta edad con una desmedida afición por los libros de caballería que pierde la razón y se cree un caballero andante.

3. Descripción física.
El físico puede condicionar a un personaje, igual que puede condicionar a una persona real. Por ejemplo: si el Quijote, en vez de ser un hombre enjuto, hubiera tenido el físico orondo y bajito de Sancho Panza, su historia hubiera tenido más comicidad y menos patetismo.

4. Biografía.
El presente y el futuro de un personaje es casi siempre el producto de su pasado, para bien o para mal.

5. Aficiones y gustos.
También se puede saber mucho de alguien (persona o personaje) por lo que le gusta o le divierte.

6. Lo que no le gusta.
Lo mismo se puede decir de las cosas que odia o le disgustan.

7. Adjetivos que le definen.
Es un listado con todos los atributos del personaje. Permite tener una visión rápida de cómo es, y añadir características que no entran en las otras categorías de la ficha.

8. Relación con los demás personajes.
Además de definir a los personajes por su manera de interactuar con los demás, este apartado evitará que en nuestra historia empiecen a ocurrir cosas raras, como en la versión de Mogambo pasada por el tamiz de la censura franquista, en la que el marido del personaje de Grace Kelly se convertía en su hermano, lo que no le impedía compartir cama con ella y mostrarse excesivamente celoso por el interés que despertaba en Clark Gable.

9. Función del personaje.
Un personaje puede actuar como narrador, detonante o catalizador de la historia, como elemento cómico que alivie los momentos de tensión, etc.

10. Reacción del público ante el personaje.
¿Caerá bien o mal al lector o a la audiencia? ¿Se sentirán identificados con él? ¿Les provocará lástima, rechazo, indiferencia?
Estos son los rasgos que a mí me ayudan a definir un personaje, pero si se os ocurren más parámetros, no dudéis en compartirlos en los comentarios.

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