Guía para principiantes en cómo escribir una novela

Escrito el Julio 3rd, 2009 por Libros

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Nadie nace escritor de novelas. Pero, ¿usted cree que todos tenemos la capacidad de ser escritores? Parece imposible, ¡pero la respuesta es sí! Si tenemos la pasión por ello y si nos esforzamos para que esto ocurra, escribir novelas puede ser tan fácil como escribir ABC. Escribir no es en realidad una cosa muy complicada. Es como el dibujo, la pintura, e incluso la cocina. ¡Es un arte! Lo único que necesita para comenzar es su imaginación. Lo que hace que sea difícil no es la escritura en sí, sino es cómo la gente hace que sea más difícil de lo que realmente es.

La primera clave para escribir una novela es la capacidad de soñar e imaginar. Recuerde cuando era un niño pequeño y soñaba. Su imaginación lo llevaba a lugares que nunca había ido antes. Lo hizo hacer cosas que nunca pensó que podía hacer. Tener superpoderes… estar en lugares extraños… las condiciones son ilimitadas. Escribir una novela es en realidad la imaginación traducida en palabras. Cierre los ojos y deje que sus pensamientos lo guíen durante la creación de una red de ideas consecuentes. Las cuales luego, usted escribe sobre el papel.

La segunda clave para escribir es la formulación de la premisa de su novela. Por ejemplo, digamos que usted comienza con un gran asteroide moviéndose en el espacio. De repente este se choca con otro asteroide y crea al instante una explosión. Algunos de los desechos de la explosión se caen en la atmósfera terrestre. Por accidente una persona entra en contacto con él. Esta secuencia de estos eventos puede ser su primer inicio en el cual usted deja que su mente se apodere para producir los eventos.

La tercera clave sería la creación de una corriente de ideas espontáneas. Una vez que tenga la idea inicial, sumérjase en ella y permita absorberse completamente. Digamos que después de que la persona entra en contacto con los desechos del asteroide, ¡gana poderes sobrenaturales! Y luego nota algunos nuevos cambios en su ser, no sólo físicos sino también emocionales y psicológicos. Aquí es donde comienzan a llegar una avalancha de nuevas ideas. Usted notará que usted ya no esta dirigiendo su historia, pero su historia lo esta dirigiendo a usted. Esto hace que escribir ahora sea muy fácil. No es necesario analizar nada porque la historia ahora se empieza a reproducir como una película. Todo lo que tiene que hacer es poner en palabras la historia que se reproduce en su cabeza.

A continuación, asegúrese de poder mantener sus ideas y la concentración, mientras un evento va tras otro. Este estado se llama el “estado alfa”. Según Judith Tramayne-Barth, este es el lugar entre la conciencia y el sueño. El tiempo se detiene cuando se encuentra en este estado. Las palabras van hacia usted hasta que comienza a sentir dolor en las piernas y en la cintura, y entonces de repente vuelve a recuperar la conciencia y se asombra al ver que ha escrito no sólo una o dos páginas, sino cinco o más, sin siquiera saberlo!

La siguiente clave es practicar entrar y salir del “estado alfa”. Usted puede hacer esto releyendo lo que has escrito e internalizarlo como si hubiera sido su primera vez. Puede demorar un tiempo, tanto como horas o incluso días antes de que usted pueda regresar a su “estado alfa” de nuevo, pero una vez que esté habilitado para entrar en la zona, sólo será una cuestión de minutos antes de comenzar a escribir un nuevo diálogo.

Así pues, ¡usted ha terminado su historia! Ahora es el momento de hacer el toque final a su nueva creación. Todavía queda una última cosa que necesita hacer. Sí, usted ha adivinado. Debe leer de nuevo toda la historia para revisar ortografía, signos de puntuación, gramática, el uso correcto de palabras y la coherencia. Puede que incluso tenga la necesidad de revisarla un par de veces más antes de llegar a la producción final. Pero no se preocupe, no es realmente mucho trabajo en comparación con el de escribir la novela entera. Lo importante es que ahora tiene su propia novela, escrita por usted mismo, utilizando su propia imaginación. ¿Cuánto más orgulloso podría estar?