Tip Para Burlar El Bloqueo Del Novelista

2.1.12

Una sugerencia que a mí me ha funcionado.

Cuando descubrí este truco quedé fascinado por sus resultados, literalmente rompí con una traba enorme que me tenía al borde de la desesperación. Porque ¿qué puede ser más frustrante que desear escribir y no poder colocar una palabra en esa bendita hoja? 

Por ejemplo, yo tenía serios problemas para avanzar una novela de ficción. Simplemente, me paralizaba. Por momentos me decía a mí mismo ¿cuál es el problema? Y hasta llegué a creer que el quid radicaba en el tipo de novela que había elegido escribir, por lo que en más de una ocasión me asaltó la idea de arrojarla a la "papelera" y comenzar un nuevo proyecto. Pero no. Yo sabía por experiencia que eso de dejar a medias una obra era lo peor que se podía hacer. Así que leyendo unos blogs en inglés, encontré la solución. 

Antes, es necesario hacer aquí un apunte importante. En más de una oportunidad nos hemos sentido tentados a abandonar nuestra escritura y lo hemos hecho para, transcurridos algunos días, sentirnos miserablemente culpables por no haber mantenido el valor de la perseverancia. Entonces, como niños en falta, volvemos al trabajo para "resarcir" el daño que nos hemos infligido. Esto es, intentamos reivindicarnos ante nosotros mismo. Y aunque hayamos vuelto al sendero, queda todavía en nosotros ese sentimiento de culpa que tarda días y semanas en borrarse. Y lo peor, una voz nos dice que el nuevo bloqueo no tardará en   presentarse.

Bien, ¿cuál es la clave que nos permitirá superar el bloqueo?

Imagina que escribes y escribes, vas bien (con algunos altibajos quizá), todo fluye, te sientes dueño del timón, tus ideas corren por la hoja. Entonces, sin ninguna razón aparente, ¡zas!, te bloqueas. No sabes cómo ha sucedido, ni sabes cómo superarlo. ¿Qué haces? 

La receta.

Primero, abandona la escritura de la novela por ese día y ponte a escribir un cuento corto, ese cuento que has venido posponiendo y que ansiabas escribir. O esa carta, o ese poema, o ese... en fin, cualquier cosa, siempre que te guste. Sí. Será como un alto, un respiro, con la ventaja de que no dejarás de escribir. Si es posible, deja descansar tu novela por dos días. Relájate. Sólo escribe.

Yo llego a escribir dos o tres cuentos en ese día de paro. Escribo una carta a una ex novia imaginaria, invento cualquier cosa. Escribo y escribo. El resultado es que nunca dejo de escribir y, uno o dos días más tarde, me encuentro desesperado por reanudar mi novela. ¿Por qué? Porque mientras he escrito los cuentos, las cartas, las narraciones, me he cargado de nueva energía, estoy listo para enfrentar la novela. 

Es una opción. Como digo, a mí me ha funcionado. Y de maravilla. Espero que pueda servirte a ti también. En todo caso, si tienes algún truco que hayas descubierto o uses, no dudes en compartirlo en los comentarios.

Suerte. Y no pares de escribir.


1 comentario:

Norma dijo...

Muy bueno lo de la culpa, me hiciste reir y reconocerme.Saludos.

Publicar un comentario