La leyenda de Lorca y su muerte no tienen fin; todavía no se sabe donde están sus restos y ahora el redescubrimiento, por el escritor peruano Santiago Roncagliolo, de Enrique Amorín, un millonario que fue amante del poeta cuando estuvo en Uruguay, deja en el aire si este pudo robar su cadáver.
Una apasionante historia que Roncagliolo (Lima, 1975) ha plasmado en "El amante uruguayo. Una historia real", publicado por editorial Alcalá; una monumental investigación por el Buenos Aires de los años treinta, la guerra civil española y el París de posguerra, y por la historia de los máximos creadores del siglo XX, como Picasso, Chaplin, Neruda o Borges.
Se trata de una investigación que empezó con el interrogante de saber si sería verdad que Amorín, un escritor seductor, comunista, homosexual casado, y uruguayo y argentino a partes iguales, había robado el cadáver de Lorca, como él mismo dijo tras haber hecho en un homenaje en 1953 en Salto, a orillas del río que separa Uruguay de Argentina ante multitud de gente, para enterrar una caja blanca -que se supone que contenía sus huesos- y levantar un monumento al poeta.
"Cuarenta y ocho años después, el monumento y su misterioso contenido siguen ahí, intactos", dice a Efe Roncagliolo, "pero nadie quiere decir ni una palabra sobre si es verdad o no".
Cierta o no, la historia le pareció fascinante al escritor peruano porque, a raíz de la misma, descubrió que detrás existía un personaje de novela total, y se puso en marcha para investigar todo su legado.
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