Julieta Marchant, obrera de la palabra

14.2.12

¿Cómo nace un poema de Julieta Marchant?

Hacer un poema es partir de una imagen, seguir el hilo e impregnar el trabajo de lecturas que enriquezcan mi obra. Escribo poemas con calma, sin prisa. No ando desesperada de publicar. Hay temporadas en las que no sale la escritura, entonces, espero. Entre periodos de pausa y trabajo, armo poemas. Escribir es un hábito que se cultiva con disciplina, por eso me gusta corregir y ser paciente. Leo lo que escribo en voz alta, hasta captar el sonido de la música. Escucho mi propia voz hasta saber si se adapta a un poema o no.

¿Qué opinas de la poesía instantánea?
Escribir no convierte al poeta en un iluminado. Es un trabajo serio con el lenguaje: es el encanto de la edición. Corregir y corregir hasta que las palabras tomen cuerpo. No descuidar detalles; no creer como en el siglo XIX del romanticismo, que todo es inspiración. No me gusta forzar mis palabras. Les doy tiempo para que maduren. El poema no surge instantáneamente, sino, antes bien, como producto del esmero. Cuando surge de la nada, me parece sospechoso e impostor.

¿Qué lees ahora?
El libro del desasosiego, de Fernando Pessoa; Poemas póstumos, de Paul Celan; Cámara lúcida, de Roland Barthes. También alterno con el aporte teórico de Walter Benjamin, y debido al trabajo editorial, leo publicaciones actuales de crónica, periodismo, ensayo y poesía.

Háblanos de tu trabajo como editora.
En la edición caí por azar. Pulir el lenguaje, trabajarlo es el encanto de la edición, por eso me sentí atraída. Cuatro años llevo con la revista Grifo en Chile. Trabajo ahí con ensayos, crónica y periodismo, con autores reconocidos como Piglia, Moreno y otros iconos. También colaboro con Box en Argentina. Y, bueno, en Cuadro de Tiza, que es un proyecto más pequeño, con poetas. Lo malo de este último aspecto es que rechazan las correcciones que se hacen a sus textos. No son abiertos a la edición, así que es más difícil trabajar con ellos.

¿Cuál es la diferencia que ves entre trabajar con autores de renombre que con desconocidos poetas?
Creo que es una cuestión de ego. Los grandes escritores tienen más humildad. Debido a su amplia trayectoria, han recibido a lo largo de su carrera críticas, están acostumbrados. Los jóvenes poetas, no. Se molestan cuando les sugiero cambios.

¿Qué opinas de la poesía actual?
No soy muy fan de la poesía chilena. Es muy banal, igual que en Argentina ahora. Algo que está muy en boga es contar los rollos personales, como si la poesía fuera un diario confesional. A mí, como editora, no me interesa si tu chico no te da bola, sino que comuniques algo. Poesía, para mí, es conmoción, algo que te lleva a la reflexión, que te hace pensar y que es compromiso con la realidad. Una escritura que es ególatra no atrapa y no dice nada. Por otro lado, están los que juegan mucho con el lenguaje, pero no dicen nada, o los que construyen en forma perfecta un poema, pero son fríos.

¿Qué es un buen poema?
Aquel que te hace pensar. En mis escritos me preocupo de investigar, de leer, de alimentarme de lecturas. Soy bastante de oído, escucho mi ritmo y me gusta ahondar en temas, investigarlos. También la música ayuda bastante en la construcción de mis escritos. Escucho Beethoven, Eric Satie y a varios pianistas.

¿Qué no harías como artista?
Autopromocionarme. En Chile hay muchos poetas que se preocupan más por ir a la tele, aparecer en radios y en festivales, que en escribir. Cuando un artista está dedicado a su obra, no necesita hacer farándula.

Fuente: .laprensa.com.bo

1 comentario:

julieta marchant dijo...

JAJAJAJA, soy yo, pero esa no es mi foto, es de otra poeta chilena: Florencia Smiths.

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