Escribir es un cuento: el encanto de lo breve

4.8.12

¿Por qué escribir cuentos, hoy?

Hasta hace poco, la escritura de relatos era considerada como un paso más en la formación del escritor. Un autor no era tal hasta que no hubiera concebido una novela. Pero la situación ha cambiado. Han surgido talleres y editoriales dedicadas exclusivamente al cuento y el género se ha reivindicado.

Borges dijo eso de que para qué escribir en cientos de páginas lo que se puede contar en unas cuantas. Otra respuesta, más pragmática, la dio Carver: "Escribo cuentos porque me resulta imposible escribir una novela teniendo que trabajar y cuidar de mis hijos". Comparto ambos argumentos, aunque la respuesta que más me gusta es de Chéjov. Alérgico a los dogmatismos, pensaba que la novela, por su concepción, aspira a mostrar el mundo en su totalidad, a contar verdades globales. Para el autor ruso, el cuento, sin embargo, solo pretende contar verdades parciales, pequeñas historias que puedan iluminar nuestra vida cotidiana. Creo que los relatos conectan muy bien con el carácter fragmentario de nuestra época.

¿Qué virtudes debe tener un cuento?

La literatura es enemiga de la simplificación. Para entendernos, los cuentistas de hoy beben de dos tradiciones (en la que abundan numerosas escritoras femeninas): la realista, del ruso Antón Chéjov y con gran presencia entre los narradores norteamericanos; y la fantástica, uno de cuyos padres es Edgar Alan Poe, pero que universalizó Jorge Luis Borges. Chéjov, no fue un teórico de la literatura, pero en una carta a su hermano Alexander, explicó las virtudes que debería reunir todo buen relato, una lección que mantiene su vigencia: ausencia de palabrería prolongada, objetividad y veracidad en las descripciones brevedad extrema, osadía y sinceridad.

El tamaño importa

Cuento, novela corta, nouvelle, novela. La extensión importa cuando hablamos de géneros literarios. A veces las fronteras no son muy claras, pero sin duda la brevedad es una de las características que mejor definen a un relato. El cuento comparte con la novela la textura de la narración: "El aliento del relato está más cerca de la poesía que de la novela", nos recordó Carver. Otra diferencia clave, sobre cómo afrontamos la escritura de un cuento o una novela, es que en una novela se permiten errores, incluso pueden aportar cierto encanto a la obra. Los "despistes" de Cervantes no mancillan su obra cumbre. Sin embargo, en el cuento todo debe funcionar como un reloj.

Vía | hoymujer.com

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