Jordi Sierra i Fabra, el secreto del éxito

17.1.12

Sin duda, uno de los mejores escritores de literatura juvenil e infantil contemporáneo. Jordi ha vendido millones y millones de libros, ha ganado muchos premios, recorrido el mundo y vivido una vida envidiable. 

En el presente post he recopilada fragmentos de entrevistas, en los que nuestro héroe deja claro cuál es el secreto de su éxito. 

Los aspirantes a escritor han de tener muy en cuenta estas palabras, pues valen su peso en oro.

Sobres la vocación...

Si no escribiera estaría muerto, porque cuando alguien se pasa horas en casa desde los 8 años haciendo novelitas, y a los 12 es capaz de hacer un libro de 500 páginas, es que ha nacido escritor. Todo la vida he escrito cosas. Lo que pasa es que mientras para unos es una bendición, para otros es una carga. Ser escritor no se escoge, te cae encima. En mi caso es un placer que no admite más justificación que la de estar, digamos, enfermo, porque vivo sólo para lo que escribo y eso ha llegado a ser una obsesión compulsiva. Escribo cada día, y cuando estoy en plena novela, pueden ser 10 horas diarias, incluidos sábados y domingos. Puedo escribir en aviones o aeropuertos, igual que de niño lo hacía en la calle, en un banco, en el bordillo de la acera, el autobús o el metro. Escribir es mágico. Pienso que en mundo como el nuestro, sólo el arte te acerca a ti mismo, a la naturaleza, al Universo, y te aparta del materialismo y la vulgaridad.

Lo que lo hace diferente...

Lo que me diferencia personalmente es la pasión que tengo para vivir y escribir.

De su sueño temprano...

Desde que empecé a los 8 años. Siempre fue el sueño de mi vida. Vivir como escritor. No sé hacer otra cosa. Mi padre me decía que me moriría de hambre, no me dejaba escribir y me hizo estudiar aparejador, trabajé en una empresa de construcción, pero no podía parar de escribir. Nadie pudo conmigo, ni mi primer amor.


Sobre el riesgo y la fe en uno mismo...

Entre 1976 y 1978 lo dejé todo, la radio, las dos revistas musicales que dirigía, y me enfrenté a la vida escribiendo novelas. En un año ya ganaba más que con lo otro gracias a las ventas de mis libros. Hay que asumir riesgos y yo los asumí. Si no crees en ti mismo...

Sobré qué haría si no escribiera...

Morirme. No lo concibo. A Robert Graves, cuando ya estaba senil, le vi empezar a escribir dos líneas y luego quedarse en blanco. Es una imagen que nunca olvidaré, de total tristeza. Por eso mi sueño es morir escribiendo, con la mente lúcida y un libro más por hacer.

El placer de escribir...

Para mi escribir es... todo. Hay una frase mía que se ha hecho bastante famosa. Dice así: "Para mi, escribir es el orgasmo continuo". No hay mejor manera de definir el placer que siento al escribir cada día mis horas. Quiero vivir 100 años y morir escribiendo, porque eso significará que he llegado al fin de mis días lúcido, con ganas de hacer cosas, y sabiendo que aún tengo algo dentro de mi por sacar. Es una pasión brutal, convulsiva, obsesiva.

Cantidad versus calidad...

Ray Bradbudy decía que "cantidad es igual a calidad", y yo abogo por esa idea. Cuanto más escribo, más se escribir.

Sobre cómo escribe...

Escribo siempre un guión minucioso (cuando viajo) y con el guión me despacho la novela muy rápido (en alguna de mis casas). Luego, por ejemplo, está la técnica, capítulos cortos, mucho diálogo...

De dónde le surgen las ideas...

Soy una antena parabólica con patas. Veo lo que los demás no ven. Cada día, del periódico, puedo sacar dos o tres temas para novelas. Luego están los viajes, escuchar a la gente, y lo que se me ocurre a mí, claro. Mi cabeza es un sembrado, caen semillas, algunas no crecen y otras sí. Las que crecen acaban siendo libros. Me hago preguntas siempre, anoto todo, tengo libretas llenas de ideas fallidas pero que están ahí.

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