Eres esclavo de la literatura o no eres nada

21.2.12

Una gran frase para todo aspirante a escritor (y que debe escribirse y pegarse en un lugar visible) es:

"La vocación literaria no es un pasatiempo, un deporte, un juego refinado que se practica en los ratos de ocio. Es una dedicación exclusiva y excluyente, una prioridad a la que nada puede anteponerse, una servidumbre libremente elegida que hace de sus víctimas (de sus dichosas víctimas) unos esclavos".

Tremenda verdad. En el fondo, un principio universal. Aquel que se relaciona con eso de que "La práctica hace al maestro". O con "Si quieres atrapar a dos conejos a la vez, terminarás atrapando a... ninguno". Y es que el autor de aquella frase, Mario Vargas Llosa, sabe lo que dice. ¡Cuánto podemos aprender de los sabios!



Repasemos: "Es una dedicación exclusiva y excluyente, una prioridad..."

Es decir la literatura, el oficio del escritor, no puede ni debe aparecer en nuestra lista de prioridades en segundo, tercer o último lugar. No es una tarea que se desarrolla por "hobbie". Ni por pasatiempo. No es una actividad secundaria o de cuarto orden. No puedes decir: "Soy mecánico pero escribo en mis ratos libres". Por el contrario, debes decir: "Soy escritor y me dedico a la mecánica en mis ratos libres".

Pero esta última afirmación debe no sólo decirse, sino (y esto es lo más importante) que debe vivirse.

Quizá la pregunta que todos los que estamos en el oficio deberíamos plantearnos es: "¿Cuántas horas al día le dedico a la literatura? ¿Una, dos, cinco, ninguna? Si no estás practicando todos los días (ya sea que escribas, esquematices, planifiques, leas, resumas, debatas, asistas a talleres, etc.), entonces no estás en la literatura. Todo el día, en todo momento, debes pensar en los libros, en los autores, en la novela en la que trabajas. Mientras comes, mientras te dan un remojón en la ducha, mientras almuerzas, tu mente no cesa de escribir.  En pocas palabras, te conviertes en un esclavo de tu elección.

Ahora, la palabra esclavo puede sonar negativa, dura, antipática, todo lo que quieras... Pero, es que la literatura es algo que se elige. Nadie te la impone. Te haces esclavo por que quieres, por puro gusto. Además, Vargas Llosa habla de "dichosas víctimas". Sí. Al elegir la carrera te conviertes en un dichoso esclavo cuya única recompensa verdadera es el placer que conlleva el escribir. Punto.

Por tanto, no busques el éxito, la riqueza instantánea. Ello llegará solas cuando tú te hayas vuelto excelente en tu campo, cuando estés entre los mejores. Así que, si has decidido abrazar las letras por gusto, dedícale todo tu tiempo, entreégata a ella en cuerpo y alma. Primero la literatura y luego todo lo demás.

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