José Saramago stand up: el sarcasmo de un hombre serio

21.7.12

El escritor portugués sostuvo un extraño y constante sentido del humor, tanto en su obra como en su vida pública. El autor de "El memorial del convento" y "El evangelio según Jesucristo" descolló tanto por sus historias contadas con su inimitable prosa y como por la ironía viral de sus dichos.


“Yo he sido desde muy niño, callado, reservado, melancólico. Nunca he tenido la risa fácil. Incluso la sonrisa, para mí es algo que me cuesta trabajo. Y las alegrías o las tristezas en mí son interiores, no las manifiesto”, escribía de sí mismo José Saramago.

A pesar de ello, el escritor portugués, sostuvo un extraño y constante sentido del humor, tanto en su obra como en su vida pública. El autor de El memorial del convento, El evangelio según Jesucristo y El viaje del elefante, entre otras magníficas novelas, descolló tanto por sus historias sorprendentes contadas con su inimitable prosa, como por la ironía expansiva, viral, de sus palabras.

Y también de sus declaraciones realizadas por miles desde que recibiera en 1998 el Premio Nobel de Literatura y fuera entrevistado por medios periodísticos de todo el mundo.

Estas urticantes, polémicas y siempre sarcásticas opiniones fueron antologadas, parcialmente, en el libro José Saramago en sus palabras, publicado por Alfaguara en 2010 apenas dos meses después de la muerte del escritor. Aquí, un puñado de estas frases que muestran, en primera persona, a un Saramago que sonríe a medias, irónico y preciso.

“Soy una persona con dos defectos muy graves: soy melancólico y sarcástico. Son dos defectos muy vulgares para ir unidos”.

“Sería más cómodos creer en Dios, pero escogí el lugar de la incomodidad”.

"Dios quiso lo que hizo e hizo lo que quiso".

"No creo en Dios, no lo necesito y además soy buena persona".

“Soy un ateo con una actitud religiosa y vivo muy en paz”.

"Si hubiera más ateos, habría menos guerras”.

"Si las conociéramos, las cosas del cielo tendrían otros nombres”.

“Recuperando el tema del paraíso, sólo consideraría un paraíso aceptable si incluyera a los animales y, en concreto, a los perros”.

“Creo que Dios Nuestro Señor creó el mundo y también creó las contradicciones y después, como no sabía que hacer con ellas, inventó al hombre”.

“Si hay que buscar el sentido de la música, de la filosofía, de una rosa, es que no estamos entendiendo nada”.

"Cuanto más te disfraces más te parecerás a ti mismo".

“La última cosa que haría en este mundo es psicoanalizarme”.

“A lo mejor estoy en un momento de la vida en que me creo tontamente saber algo de la vida”.

"Yo no soy pesimista. Es el mundo el que es pésimo”.

“Los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los optimistas están encantados con lo que hay”.

“Primero soy portugués, segundo soy ibérico, y sólo en tercer lugar, y cuando me da la gana, soy europeo”.

"Soy un comunista hormonal”.

“Mis pancartas se llaman páginas”.

“El gran problema de nuestro sistema democrático es que permite hacer cosas nada democráticas democráticamente”.

“Los sótanos de los regímenes democráticos también están llenos de esqueletos”.

“Sin política no se puede organizar una sociedad. El problema es que la sociedad está en manos de políticos profesionales”.

“Las manos sucias del Estado gastan muchos guantes”.

"Todo el mundo me dice que tengo que hacer ejercicio, que es bueno para mi salud. Pero nunca he oído a nadie decirle a un deportista: tienes que leer”.

“El drama no es que la gente tenga opiniones, sino que las tenga sin saber de qué habla”.

"Actualmente los laboratorios invierten más en mejorar y producir Viagra y en desarrollar mejores prótesis mamarias que en medicamentos para el Alzheimer. Esto provocará -en el curso de unos años- que más gente de la tercera edad tendrá mejores erecciones y senos más prominentes, pero no recordarán para que los tienen".

"Yo no escribo para agradar ni tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar".

"El escritor es un pobre diablo que trabaja".

“Escribir es una transfusión de sangre hacia fuera”.

"Si la literatura pudiera cambiar el mundo, ya lo habría hecho".

“El sistema acaba por integrarte. En el fondo no eres más que una guinda en el pastel. Te toleran. Se ríen de ti. ¡Cosas de Saramago!”

“En la clase literaria hay una serie de gente que no me soporta. Cuando yo aparecí en los años ochenta, el panorama literario estaba organizado, completo, cada uno en su lugar. Y si había envidias, pues también estaban en su lugar. Yo no estaba previsto”.

“Si mis críticas no sirven porque están contaminadas por el pasado, mejor no perdamos el tiempo con ellas”.

"Ni la juventud sabe lo que puede, ni la vejez puede lo que sabe".

"Cuanto más viejo, más libre, y cuanto más libre más radical".

“La ética es la mujer más guapa del universo”.

“Yo siempre me enamoro de mis personajes femeninos”.

"La alegoría llega cuando describir la realidad ya no sirve. Los escritores y artistas trabajamos en las tinieblas, y como ciegos tanteamos la oscuridad”.

“No hay ironía sin melancolía”.

"Es mentira que el Nobel sirva para fomentar la literatura del país al que pertenece el galardonado. Para lo único que vale es para engrosar la cuenta corriente del autor”.

"Me gustaría escribir un libro feliz; yo tengo todos los elementos para ser un hombre feliz; pero sencillamente no puedo. Sin embargo hay una cosa que sí me hace feliz, y es decir lo que pienso."

"He aprendido a no intentar convencer a nadie. El trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización del otro".

“Uno de los grandes inventos de la Iglesia católica ha sido inventar el pecado, y después de inventar el pecado, inventar un instrumento de control de la gente”.

"Alonso Quijano no estaba loco. Lo que estaba era harto, y por eso eligió otra vida”.

Patricia Rodón

Vía | mdzol.com

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