Hábitos De Vida Para Mejorar Tu Escritura

5.1.12


Me he encontrado en la red con un blog en inglés (Becoming Minimalist) en el que Joshua Becker, uno de sus administradores, escribe este interesante artículo. A mí me ha gustado mucho. Hice la traducción (no muy buena por cierto) y espero que extraigas de él las ideas que luego aplicarás a tu rutina de escritor.

Joshua Becher empieza así:

Cuando Becoming Minimalist comenzó, tenía yo poca experiencia en la redacción. Aparte de las tareas escolares, artículos para el boletín de la empresa, cartas personales y correos electrónicos, tenía poca experiencia con la palabra escrita.

Pero al día de hoy, he escrito más de 500 mensajes en este blog. Me he convertido en un colaborador habitual de uno de los sitios web de mayor audiencia (Organizando su camino). Y he escrito dos libros, Simplicity  (un bestseller en Amazon) y Inside-Out simplicity (que ha vendido más de 5.000 ejemplares).

Una de las razones para el éxito en mi escritura es porque me he vuelto mucho más reflexivo e intencional sobre qué hábitos benefician mi vida y cuáles restan de ella. He aprendido a establecer hábitos de vida saludables que mejoran la vida en general y que hacen el proceso de escritura más fácil. Este proceso ha hecho de mí un mejor escritor y ha hecho que la disciplina de la escritura sea más agradable.

Estos son los hábitos de vida que incorporé para mejorar mi forma de escribir:

1. Despertarse temprano. He descubierto que escribo mejor temprano en la mañana, alrededor de las 08.05 am. La casa está tranquila, mi mente es más lenta, y el ajetreo del día no ha comenzado todavía. Como resultado, las palabras fluyen con menos esfuerzo. Como nota al margen, no siempre fuí un madrugador. Cuando comencé a desarrollar este hábito, mi truco era bastante simple: yo sonreía, ponía los pies en el suelo y miraba por la ventana más cercana. Tomó un poco de esfuerzo al principio, pero después de un par de semanas, mis hábitos de sueño se habían ajustado. Y nunca volví a dormir hasta tarde.

2. Correr. He escrito innumerables artículos mientras corría a lo largo de la calle de mi barrio. Debido a que rara vez se ejecuta con música, correr proporciona tranquilidad y la oportunidad de pensar. La sangre fluye y mi mente está libre para pensar. Algunos de mis mejores ideas han surgido durante las caminatas más largas de mi vida. Curiosamente, el levantamiento de pesas rara vez tiene el mismo efecto... sólo correr.

3. Lectura. Prefiero biografías. Me retan y me inspiran a hacer lo mejor con mi vida. Pero no importa si estoy leyendo ficción o no ficción, libros o revistas, algo bueno o algo malo, la lectura siempre produce mejores escritos. Los buenos escritores son casi siempre buenos lectores.

4. Comer proteínas en el desayuno. Aunque no soy especialista en nutrición, aprendí temprano en la vida que la proteína en el desayuno me hace más productivo. Me da una mejor memoria, más agudo pensamiento, y más concentración. Como un ejemplo, he estado comiendo dos huevos y una rebanada de pan tostado en el desayuno durante tanto tiempo como puedo recordar. Todo el proceso (cocinar, comer, limpiar) me dura unos 15 minutos y siempre empiezo mi día sin cargas.

5. El consumo de café. Existe una razón por la que el café es una de las bebidas que más se consumen en el mundo. Mientras que los estimulantes de la cafeína sin duda ayudan al café a aparecer en esta lista, parece que hay algo en él que no puede ser reemplazado por la experiencia de tomar una taza de café fino. Añade placer y riqueza a mi día. Y a la edad de 36 años, todavía me hace sentir como a un adulto cuando lo bebo.

6. Búsqueda de soledad. Hay una correlación directa entre la intencionalidad de mi vida y la cantidad de tiempo que paso en soledad. Al elegir retirarme intencionalmente de las relaciones humanas por un periodo de tiempo, soy capaz de reevaluar las suposiciones, afirmaciones y mensajes de nuestra cultura. La soledad ofrece la oportunidad de redescubrir mi vida... y estos nuevos descubrimientos se encuentran a menudo en mi escritura. Con esto como telón de fondo, no es de extrañar por qué Leo Babauta ubicó a la soledad en el número uno entre los hábitos de la gente altamente creativa.

7. Cambiar de entorno. Ya sea que escriba en un local de café, en la biblioteca, en una librería, o en el exterior en el verano, el cambio en mi entorno casi siempre ofrece una nueva mirada a las palabras en la pantalla. El nuevo entorno anima a nuevas conexiones y sinapsis en el cerebro que ayudan a estimular el proceso de escritura.

8. Asistir a un servicio religioso. Siempre he abrazado la espiritualidad. He descubierto que me inspira a pensar más allá de los aspectos físicos de nuestra vida cotidiana y la búsqueda de un significado más profundo en el mundo que nos rodea. Ir a la iglesia me hace pensar intencionalmente sobre asuntos del corazón y el alma. Y debido a eso, casi siempre me empuja aún más en mi escritura.

9. Uso de pluma/papel. Si bien las propias palabras de los mensajes (artículos, entrevistas, libros) siempre se escriben en el teclado, la mayoría de ellos (en lluvia de ideas) empiezan en un pedazo de papel. Yo prefiero una hoja de papel y un lápiz negro. Al final, el proceso de esquematización siempre queda marcado con palabras, flechas, círculos, números y garabatos. Pero estos apuntes  proporcionan el primer paso y la base para un producto bien hecho.

10. Viajar. El viajar ofrece la oportunidad de experimentar nuevas personas, lugares, idiomas, comidas y costumbres. Me ha permitido ver la vida desde un nuevo ángulo y apreciar los diferentes aspectos de la misma. He tenido el privilegio de experimentar una serie de diferentes países y culturas a lo largo de mi corta vida. Cada uno de ellos me han hecho una mejor persona... y un mejor escritor.

11. Metas. En todos los ámbitos de la vida las metas me mueven y me forman. Ya se trate de correr una maratón, terminar un libro, o planear una fiesta para 10.000 suscriptores, los objetivos son una dosis adicional de motivación y el impulso a mi escritura. Cuando tengo un objetivo final deseable y alcanzable en mente, mi forma de escribir siempre se beneficia. Y cuando no lo hago, sufre.

Estos 11 hábitos son los más útiles y fundamentales en mi proceso de escritura. Cuando uno de ellos falta en mi vida, puedo sentirlo inmediatamente en mi proceso creativo personal.

 Pero todos somos diferentes. Sin duda, su lista se verá diferente a la mía en algunos aspectos.

Comparte a continuación en la sección de comentarios cuáles son tus hábitos de vida que hacen mejor tu escritura.

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